Decidir que vino comprar es una cuestión práctica. Disfrutarlo depende de que se haya hecho la elección correcta de tipo y calidad y de que se haya pagado el precio razonable: ningún vino resultará satisfactorio si se ha pagado demasiado por él. El conocimiento del vino, como el de la mayoría de las cosas, es fruto de la experiencia. Pero, para alcanzar esa experiencia, hay que saber elegir, y es allí donde los libros prestan su utilidad. El valor práctico reside en encontrar el camino adecuado entre la amplísima variedad de vinos del mercado, como así también a escoger de acuerdo con gustos y preferencias particulares.
Con la mayor disponibilidad de buenos vinos, producida en los últimos decenios, han surgido también algunas actitudes curiosas ante él.
Por un lado algunas personas pagan sumas fabulosas por una botella de alguno de los más famosos vinos del mundo, mientras que ignoran otros de calidad equivalente y mas asequibles. Por el otro, la gente común consume cantidades ingentes de vinos espantosos pensando tal vez que lo barato es bueno. No hay mérito alguno en pagar poco por un vino malo. Tampoco es ninguna virtud permitirse el lujo de comprar un Romanes-Conti (o un Cabernet estrella de la bodega Weinert) o un Vega-Sicilia, sobre todo si no se ha probado otra cosa.
El vino no es un artículo barato, ni tampoco forma parte de nuestra dieta (aunque hay muchos que lo niegan),otros nos recomiendan beber, aunque solo sea un vasito al dia, pero no hay excusa alguna para no tratarlo con un cierto respeto y esforzarse por comprar el mejor que se pueda pagar.
Ahora que ya sabemos algo más de vinos, podremos aprender cómo conservarlos, servirlos y catarlos, y con qué comidas van bien. Facilitar también detalles útiles a tus invitados acerca de sus calidades, pero siempre distinguiendo al destinatario, si aspira a probarlos y a leer un texto que versa sobre ellos o ayudarle a valorar las etiquetas de una bodega y si se está dispuesto a asumir el desafío, de ser un futuro entendido en vinos que le permitirá indirectamente ampliar progresivamente el número de vinos predilectos.
Pronto descubrirá el internauta por qué se escribe tanto del vino, por qué aparece rodeado de una aureola tan romántica y por qué hay personas que dedican su vida entera a criarlo, a elaborarlo, o simplemente... a beberlo.